miércoles, 13 de mayo de 2009

De camino a casa

En una de esas madrugadas tranquilas de domingo, Braulio salió del bar donde trabajaba. Como casi siempre, hacía calor, excepto en esos rarísimos días de invierno, donde se presenta una temperatura mas cercana a lo acostumbrado en la capital del país. Cansado, algo fastidiado, caminaba por una de las avenidas centrales de la ciudad costera donde habitaba. Era el encargado de un bar en el centro de la ciudad.

Esa noche hubiera podido pasar desapercibida para Braulio, de no ser por lo que sucedió camino a casa. De repente, se dio cuenta que lo seguían, a lo cual apretó el paso. Era un hombre algo mas alto que el, tal ves de la misma edad. Moreno, chacal, de barba y bigote, complexion media. Braulio se puso nervioso: por su cabeza pasaban miles de visiones de las intenciones de este tipo (ninguna agradable). En un momento de lucidéz se empezo a frenar, a caminar normalmente. El otro chico, cuyo nombre es Esteban, nunca apretó el paso, solo lo seguia calmadamente.

Llego a un semaforo, en el cual, le toco esperar a que cambiara el semaforo peatonal a verde. En ese lapso de tiempo Esteban lo alzanzo.
-¡Hola! ¿Comote llamas? -Dijo Esteban a Braulio
-Soy Braulio, ¿Y tu? -Dijo, en tono defensivo
-Me llamo Esteban. Perdón por espantarte, solo queria hablar contigo.
-¿Ah, si? ¿Y eso? -Preguntó Braulio, mas relajado.
.-Salgo algo tarde de trabajar a veces y te he visto pasar por aqui en ocasiones. Hoy que te vi, me dieron ganas de hablarte, porque... Bueno... Es que me gustas. -Dijo Esteban, apenandose y sonrojándose

Braulio se quedo sorprendido, y penso las cosas un momento. Esteban tenia muchas caracteristicas que le gustaban de los hombres: moreno, con cara de cabron, mas alto que el, de bigote y barba. Además, tenia el plús de que estaba interesado en el. Aunque Braulio era un buen chico, no había tenido suerte en el amor. Siempre terminaba solo. Y la verdad estaba cansado de ello. Pero, ahi estaba un hombre que no busco nunca. Ahora lo buscaron a el. Reuniendo el valor necesario, le dijo:
-Pues no creo poder platicar aqui. Podriamos ir a mi casa si quieres
Ahora era esteban quien se quedo callado un momento. Despues de esto, preguntó a Braulio si no seria una molestia, a lo cual este le dijo que si fuera molestia no lo habria invitado.

Y fue así como se dirigieron a casa de Braulio. Ya instalados en ella, degustaron lo que Braulio había cocinado el día anterior. Hablaron de todo. No supieron como pasó, pero, lentamente, se acercaron el uno al otro, y se perdieron en un mar de caricias y besos. El deseo, junto con el calor, provocó que perdieran sus ropas, y se unieran en un abrazo de amor y lubricidad, en el cual besaron, lamieron y acariciaron cada milímetro de piel uno del otro, entregándose al placer erótico que sentían . Despues de esto, se unieron en un abrazo, y asi durmieron, hasta que el sol estaba en su cenit.

Despues de esto, Esteban fue a casa. Y regresó en la noche, junto con sus cosas, para no irse jamas.

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