domingo, 15 de junio de 2008

La naturaleza inherente del ser

Debido a toda esta situación provocada por la confesión que Mario me hizo, he pensado un poco en la naturaleza individual de cada una de mis parejas.
Exceptuando a Fernando, el cual era un miedoso patológico y a Eduardo (y de el tengo algunas dudas), creo que todos se han movido mayoritariamente por el deseo sexual. Baste mencionar aquí que Edgar, al intentar por segunda vez andar, me pidió una relación abierta. Ahora, todos los demás intentos, siempre han fallado por el sexo: Jesús, Christian, Ernesto, Marco, Ecatzin, Todos han sucumbido por algo relacionado por el sexo, ya sea de su parte o de la mía.
No estoy yo aquí para disimular y decir que soy un hombre inocente y casto. El sexo me encanta. Y de que forma. Pero creo que nunca he logrado satisfacer plenamente a nadie en ese plano. Podré ser lindísimo, y cachondo, pero, hay un pequeño problema: no soy suficiente para ellos.
Cosa curiosa, para Edgar en su momento, yo fui el mas importante de todos sus "amantes". Ahora, siento que estoy viviendo, de algún modo extraño, un deja vú de esta situación con Mario.
Ciertamente, soy su pareja, soy el hombre al que ama, soy el que conoce a su familia, el que presenta ante todos. Sin embargo, hay una parte de su erotismo que no he logrado satisfacer del todo. Y, como todo ser vivo, por mas racional que sea, sigue sus instintos, sus pasiones.
Tambien, pensado un mucho las cosas, creo que no soy quien para aprisionar esa pulsión que tiene, aunque me gustaría ser el único con el que compartiera esos momentos de lubricidad que tiene, así como yo lo he hecho con el en lo que llevamos de relación.
No puedo pedirle que cambie porque se que dejaría de ser el mismo. Así que tengo que aceptar esa parte de el, aunque no muy me guste, pues si no lo acepto, se que puedo perder al hombre que ha sido el mejor en muchos aspectos, y al que ahora amo con todo mi corazón

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