sábado, 3 de mayo de 2008

Las máscaras caidas.

Hoy las máscaras cayeron, llevándose consigo todo trato cordial, toda diplomacia, toda la hipocresía que hemos guardado en estos años.
Hoy, puedo decir que no me importa su vida, de ninguno de los dos. No los odio, porque no ocuparon nunca ningún lugar en mi vida
Hoy, al fin, puedo gritarle al mundo que compartimos el apellido materno en nuestros documentos, además de un parentesco que a ninguno nos agrada. Pero un cariño de primos, no; jamás existió
Gracias, José Manuel Aguirre Barbosa y Mireya Hernández barbosa. Hoy me dieron la enorme satisfacción de no fingir mas algo que no sentía.

No hay comentarios: