domingo, 17 de agosto de 2008

El rumbo de la mirada

En ciertas ocasiones y temporadas de la vida, nos dedicamos a mirar el pasado de una forma insistente, obsesiva, casi morbosa, haciendo que se abran cicatrices y a veces hasta nuevas heridas. Creo sinceramente que este es un rasgo de la naturaleza huma y que todos, en mayor o menor medida hemos hecho esto alguna vez.

No necesito preguntarme que sienten las personas que viven esto, pues yo hace algún tiempo lo viví; es algo mas fuerte que uno, sientes que toda tu vida esta en los hechos ya pasados, que ahora estas muerto, y que aun respiras, pero no sientes la fuerza y belleza de la vida de ninguna forma, por mas que tus conocidos y amigos se empeñen en hacerte ver hacia el frente, tu no verás en esa dirección, pues para ti el pasado es toda tu vida; de un solo plumazo borras el futuro, negándote toda oportunidad de avanzar.

Y de esta forma empieza el círculo vicioso, el cual romperá algún nuevo amante que llegue a tu vida, y con la expresión "amante" no me refiero solo a alguna nueva persona que te haga sentir mariposas en el estómago, sino alguna actividad que te llene y haga sentir pleno y feliz.

Desde luego, no hay ninguna justificación para mirar hacia atrás, por mas doloroso que sea el presente, debiéramos siempre concentrarnos en el futuro, y más aún en el presente, pues es el momento que se esta viviendo lo único seguro. Es micho mejor mirar el ahora, que el ayer, e incluso que el mañana, pues el mañana es algo incierto.

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